Líneas de olivos se dibujan en la malagueña comarca de Antequera. El corazón de Andalucía late al ritmo de su olivar y su AOVE.
Andalucía de lado a lado – D.O.P. Antequera
Estas últimas semanas he tenido la suerte de poder recorrer varias veces el dorado cordón umbilical andaluz formado por la A-49 y A-92. Desde Ayamonte en la provincia de Huelva hasta San Juan de los Terreros en Almería, de costa a costa, un maravilloso viaje para los sentidos, empieza y termina en el mar sea cual sea el nombre al que las aguas respondan.
Este tallo horizontal, como si de una de las plantas más bellas del mundo se tratase, viste con sus ramas y hojas el paisaje del sur. En esta metáfora en la que debo intentar refrenar mi poesía, germinan las ocho flores andaluzas llenas de pétalos, color y aromas. Entre sal y montes, el sabor verdimare se confunde y se mezcla con lo mejor de los dos mundos. Redes y azada con las que trabajar las artes son la pasión diaria de quienes viven para la madre.
Entre punta y punta, entre azul y azul, un millón de verdes tapizan con su promesa de vida y cosecha cada esperanza labrada. Encuentro viñedos, trigo y campos de algodón; castaños en la sierras entre dehesa y dehesa. Girasoles, naranjos y muchos más frutales cerca del Guadalquivir; miles de almendros con sus blancas mariposas me anuncian tierras altas. Mi viaje termina al llegar a las huertas, tras pasar por las nieves y visitar la herencia granadina.
Como ser vivo, un corazón potente late en su interior marcando el ritmo cosecha tras cosecha. De oro líquido, esta sangre y savia llegan a cada a rincón pero hay un pecho que se hincha orgulloso cada invierno. Jaén, Córdoba, Sevilla y Málaga sienten cada latido como una explosión de rapa imposible de contener en sus aires y perfumes.
Hacia la mitad de este camino, envuelto en toda la magia del misterio andalusí, el aceite de oliva virgen extra se transforma en la tinta que cuenta y habla de cada pueblo y sus molinos. Un relato encuadernado donde una de sus más bellas páginas empieza así:
D.O.P. Antequera
Líneas y líneas de esta narración se escriben en los valles y montes de esta comarca situada al norte de la provincia de Málaga. En total, 18 municipios forman la Zona Geográfica de la marca con nombres tan sugerentes como Sierra Yeguas, Alameda, Archidona, Villanueva del Trabuco y la propia Antequera al centro uniendo la comarca. Un olivar formado principalmente por la variedad hojiblanca tapiza estas sierras llegando incluso a tocar tierras cordobesas.
Unos 5.000 agricultores y más de 45.000 hectáreas revelan un paisaje en el que reina la aceituna como verdeado fruto de donde extraer el más noble AOVE. De ello se encargan las 13 almazaras asociadas a la Denominación de Origen Protegida, que desde 2018 estampan este sello de calidad y reconocimiento oficial otorgado por la UE. En cifras del año ´19, un total de 780 toneladas se envasaron bajo el control de su Consejo Regulador, de las cuales unas 140 T. fueron para la exportación con destinos tan sugerentes como China.
Estos aceites de primer nivel presentan rasgos frutados propios de aceitunas verdes, con características organolépticas a almendra, plátano y a hierba verde. Las notas amargas y picantes varían de ligeras a medias, y su color, de amarillo dorado a amarillo verdoso, dependiendo de la fechas de la recolección del fruto y la situación geográfica.
Con toda una comarca girando alrededor de su industria tradicional olivífera desde hace siglos, es normal encontrar en la cultura y en la historia de estos pueblos, restos arqueológicos que atestiguan su pasado en generaciones que se remontan hasta tiempos romanos y fenicios. El Museo del Aceite de Antequera es el mejor lugar donde poder sumergirnos en un viaje por el tiempo para comprender las raíces que atesora D.O.P. Antequera y que año tras año su mejor aceite de oliva virgen extra pone de manifiesto sobre la mesa.
D.O.P. Antequera – Windroseblog
En el centro de Andalucía, su cultura y la gastronomía es mundialmente reconocida. El AOVE es el aceite que pone sabor y distinción a cada uno de nuestros platos. Fuente de salud indiscutible, toda la cocina mediterránea gira alrededor de este nexo cargado de pasión gota a gota. La excelencia marcada por el sello de distinción D.O.P. es la mejor garantía que llevar a casa.
Sol de Málaga – D.O.P. Antequera
Desde las comarcas de interior a través de la Serranía de Ronda o la Sierra de Las Nieves, por ejemplo; hasta La Costa del Sol y la Axarquía; el paisaje andaluz se destila en cada pueblo con ese sabor que sólo esta tierra sabe dar.
Para los que nos gusta conducir, recorrer la Nacional 340 con el inseparable Mediterráneo al lado como fiel compañero de viaje, es una de esas experiencias que gusta reeditar cada poco que el trabajo y las obligaciones nos lo permitan. Para los amantes de las dos ruedas, es una de esas mecas por las que hay que pasar y dejarse mecer en cada curva. De Estepona a Nerja, por las carreteras de Ronda, Campillos y por supuesto, Antequera; descubrir los tesoros de la provincia es uno de esos inconmensurables placeres por los que hay que dejarse llevar si queremos disfrutar de la vida en todo su esplendor.
Nuestro motor, nuestro cuerpo y sus increíbles piezas, también necesitan ese lubricante perfecto que asegure un funcionamiento suave y duradero. El AOVE con Denominación de Origen Protegida Antequera, es en este viaje por Málaga y su provincia el mejor y más delicioso acompañamiento. Platos tan sugerentes como la morcilla frita, la paella y el rabo de toro, brillan con excelencia cuando se cocinan con el dorado aderezo de este aceite.
Para mí, hoy me quedo con una ensalada de queso tibio y nueces para deleite de mis sentidos en toda su magnitud. Espero que muy pronto pueda volver a disfrutar de este Sol tan cálido y cercano.
¡Salud!
Nota: Desde Windroseblog agradecemos a Alicia Matas de D.O.P. Antequera, su colaboración mediante la información y las muestras para la realización de este post, y a Jorge Garrido de © Sierra.photo.blog, las fotografías de este artículo.
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