Los campos españoles, ricos en agua y sol, producen arroces, trigos, avenas, centeno y cebadas en abundancia, cereales de la máxima calidad.
“Ceres” era la diosa romana de la agricultura, las cosechas y la fecundidad. Según la mitología romana enseñó a los humanos a cultivar la tierra y elaborar el pan.
Desde Extremadura hasta el delta del Ebro, pasando por Valencia y el bajo Gualdalquivir en la provincia de Sevilla, se extienden escalonadas e inundadas las terrazas de arroz en un paisaje fácil de identificar.
Los cereales forman la base de la pirámide nutricional. Una dieta equilibrada y sana empieza por un buen aporte de hidratos de carbono.
España, como abanderada de la dieta mediterránea, cuenta con Denominaciones de Origen para algunos de sus arroces además de una extensa y rica cultura culinaria en sus platos y preparados, siendo uno de sus máximos expresiones el plato de paella en cualquiera de sus variedades locales.