El trabajo de herreros y artesanos del metal se revaloriza cada día. El arte de la fragua, el yunque y el martillo entra de lleno en el siglo XXI. Forja y metal.
Pasado los últimos dos siglos de trabajos mecanizados y en serie, la arquitectura y la decoración vuelven a mirar, de nuevo y de frente, la artesanía que surge desde la herrería al calor de la fragua.
Esa mágica luz que emite el metal incandescente vuelve a llenar los talleres con encargos de enrejados, lámparas y cierres de mil formas personalizadas y únicas. La tecnología entra lo justo para liberar al hombre de esfuerzos vacíos. La creatividad y el estilo propio de cada artesano lo es todo.
“¡Y a la labor!: estirado, rebajado, curvado y hendido. Pero sobre todo calor, mucho calor. Metales al rojo entre carbones y brasas, el fuelle alimentando la llama y la mano del herrero, mitad viva, mitad forjada.”