Murcia, como reza su escudo, “Ensalza y ama lo antiguo y lo nuevo”. D.O.P. Queso de Murcia al vino une la tradición con nuevas ideas gourmets
Propósito e intención
A veces de la nada y otras como eslabón final de una cadena de pensamientos, las ideas, se aparecen todos los días como caídas del cielo.
La mayoría son desechadas y tomadas como locuras, imposibles o simple sueños inalcanzables, pero las otras, las que quedan, son las que pasan a formar parte de nuestro cuerpo como primera materialización de la energía que corre libre.
Funciona así, siempre ha sido así. El génesis no es más que unos diminutos impulsos eléctricos en nuestras cabezas pero justo es ese momento en el que decidimos retener ese pensamiento en nuestra mente, a partir de ahí, esa idea queda cristalizada en nuestro cerebro atrapada en una red casi infinita de neuronas de universales proporciones.
Salvada esta materialización prima y milagrosa, el resto depende por entero de nosotros y nuestra capacidad para aportarle más y más energía hasta conseguir proyectarla a nuestra vida.
Instantes misteriosos
Es un momento mágico. Cuando una idea, pensamiento o deseo se hace realidad. Cuando lo que imaginábamos, que parece como si quisiera salir fuera de nosotros, se encuentra y toca con su reflejo real. En ese instante que entra en nuestra mente a través de los sentidos, en ese momento justo, en el que podemos ver nuestro sueño, somos capaces de entender durante unos segundos el inmenso poder que se nos ha dado.
Ideas, las hay de todos los tipos y formas pero algunas mucho más sabrosas que otras.
La de hacer un queso puro de cabra al vino tinto despierta toda mi curiosidad y si además merece una Denominación de Origen propia, entonces merece un lugar destacado en este blog.
D.O.P. Queso de Murcia al vino
Murcia, como reza su escudo, «Ensalza y ama lo antiguo y lo nuevo«, una buena muestra de esto es la D.O.P. Queso de Murcia al vino.
Del mejor queso puro de cabra y los selectos vinos autóctonos de la región, además del tradicional maridaje en plato y vaso, el uno y el otro, cabe la posibilidad de una sorprendente maceración en la que el queso queda bañado del aroma, color y sabor de los caldos murcianos, para dar lugar a un crisol único en su especie y de internacional reconocimiento y admiración.
Desde junio de 2002 posee el reconocimiento europeo y su Protección Comunitaria a través del marchamo Denominación de Origen. Fueron los pastores murcianos los primeros en bañar sus quesos con los vinos cercanos. Hoy en día, las Denominaciones murcianas de Bullas, jumilla y Yecla son las encargadas de suministrar los excelentes caldos para la maceración. Una maduración única en Europa.
La Leche de cabra murciana es la elegida para su elaboración. Con una abundante producción, esta raza caprina se ha adaptado durante generaciones a los áridos terrenos del levante español, basando su alimentación en los pastos y forrajes de la Comunidad.
Sobre el blanco marfil de la cremosa pasta compacta y sin ojos, con olor y sabor a mantequilla y leches de cabra, destaca el color tinto (granate-violáceo) de la fina y aromática corteza que transmite sus aromas enológicos. Las piezas que varían desde los 300g. hasta los 2.600g, permanecen entre 30 y 45 días es su fase de maduración y posterior bañado al vino.
Ideas
La Alta cremosidad de estos quesos y su intenso sabor, despiertan la imaginación de chefs y foodies. Navegando por la web he encontrado algunas recetas que me quitan el sueño y despiertan mi estómago con un apetito mezclado con curiosidad que raya lo sublime.
Finalmente he elegido dos, un plato principal y un postre, que tardaré muy poco en recrear en mi cocina y llevar hasta la mesa.
Solomillo Ibérico glaseado con Queso de Murcia es mi primera elección. La combinación del aroma del queso fundido sobre la potencia de las carnes ibéricas seguro que es de aplauso. Y de postre: Tarta de Queso de Murcia al vino con helado de vainilla. Para estos días en los que se disfruta resguardado al calor del horno y los fogones, estas recetas me van a eclipsar durante algunas horas. Además, el helado, mucho mejor en invierno. En verano es pura necesidad, con el frío, un deleite de antítesis.
Ahora la idea surge en forma de pregunta en mi interior: ¿lo acompaño de un vino blanco para contrastar el sabor o un tinto para potenciarlo? Déjanos tu idea.
¡Salud!
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