Cerca de las costas atlánticas, se encuentra una tierra insuperable para la vid, con un producto único como la I.G.P. Vino Naranja.
Paseando por el Condado de Huelva
La provincia de Huelva es un precioso mosaico en sí misma. Dividida en seis zonas claramente diferenciadas, cada una guarda una personalidad y un marco único. La Sierra, El Andévalo, La Cuenca Minera, La Costa Occidental, Huelva y El Condado, todas juntas forman en muy pocos kilómetros un precioso paseo que nos lleva desde las interminables playas rubias del atlántico en la Costa de La Luz, hasta el verde perenne del Parque Natural de la Sierra de Aracena. En medio, los tonos cobrizos de la minería y la anchura del Andévalo.
Pinos, arenas y dunas en el Parque Nacional de Doñana con Almonte y la aldea de El Rocío guardando su entrada.
La pesca enriquece cada mañana las lonjas desde Ayamonte hasta Punta Umbría. Donde termina el mar empieza la agricultura. Al sur, las fresas, los arándanos y las moras se exportan a toda Europa. Al norte el imponente sello de la D.O.P. Jabugo, las castañas y las setas silvestres hacen el mayor disfrute de gourmets y apasionados de la huertas pequeñas y ecológicas. En medio queda la viticultura del Condado y los naranjos. Poco a poco se van extendiendo por el Andévalo perfumando de azahar las primaveras onubenses.
Fueron estos caldos, estos productos y tradiciones los que conquistaron el Nuevo Mundo desde los muelles de Palos en los viajes colombinos hace más de cinco siglos. También serían estos embarcaderos la puerta de entrada para las riquezas de ultramar, las patatas y la noticia para toda Europa del descubrimiento de las Nuevas Indias.
En este marco centenario, lleno de tradiciones, arraigos y saber hacer, poco a poco ha ido pasando en los últimos años un vino de ser un producto local, conocido y amado por los vecinos, a conquistar y llegar hasta las bodegas nacionales e internacionales. El descubrimiento de un sabor tan especial que une el vino y las naranjas, nacidas en los patios y huertas casi de las mismas bodegas de los pueblos del Condado.
I.G.P. Vino Naranja
Excelentes vinos y vinagres son criados bajo la bandera colombina de la Denominación de Origen Condado de Huelva. A la distancia justa de las costas atlánticas, se encuentra unas tierras de insuperable calidad para el cultivo de la vid, con particularidades tan exquisitas como la que hoy nos ocupa: el Vino Naranja, certificado por el Consejo Regulador de la D.O.
Como su propio nombre indica, se trata de un vino (su principal ingrediente es el zumo fermentado de uvas blancas). Con una profunda raíz histórica, como queda reflejado en la archiconocida obra literaria del poeta y escritor Juan Ramón Jiménez, «Platero y yo», este vino recibe un aporte extra de sabor mediante la maceración en alcohol de cortezas de naranjas amargas que es añadido al vino joven. Posteriormente envejece durante un mínimo de dos años en botas o bocoyes de robles mediante un proceso de criaderas y soleras.
Tiene un sabor que presenta ligeras sensaciones cítricas y tonos naranjas que pueden llegar hasta marrones. Es el único de su clase certificado en Europa. La importancia que adquiere en la zona y el cuidado en su elaboración que prestan las bodegas acogidas a las D.O. se ha ido convirtiendo en bandera y en carta de presentación.
Ideal acompañando quesos azules o patés, presenta un amplio maridaje con postres helados y chocolates. Este vino onubense sabrá hacerse un hueco en su bodega con un inigualable don de la oportunidad para los momentos más indicados. Recomendamos servirlo entre 9ºC y 11ºC aunque hay quien lo prefiere frío y sobre hielo como si de un vermut se tratase.
La doble garantía que presenta el Vino Naranja es de destacar. Por un lado el sello de Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) que resalta la originalidad. Por otro, los vinos amparados previamente por la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Condado de Huelva, usados para su elaboración.
Huelva de Norte a Sur
Preparar una gran mesa con productos cien por cien onubenses es fácil y exquisito. Seguramente más de una vez lo hayamos hecho sin ser consciente de ello.
El jamón de Jabugo de raza ibérica y de bellotas, de Huelva. Una ración de gamba blanca y fresca, de Huelva. Una tortilla o un revuelto de gurumelos, tentullos o tanas, de Huelva. Un postre con fresas dulces y rojas, de Huelva. Y, por su puesto, un vino joven y blanco con el regar este menú le lujo, de Huelva; de La Denominación de Origen Protegido Condado de Huelva.
¡Salud!
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