Más brillante, más verdoso y con más sabor, el AOVE Gourmet Verde Real es puro zumo de aceituna picual de cosecha temprana. Insuperable.
Deteniendo el tiempo
A medida que cumplimos años, vamos comenzando a pensar en el tiempo, a observar y valorar su cadencia imparable. Soy de naturaleza inquieta y algo nervioso, por lo que encuentro un gran placer en todo aquello que consigue frenarme un poco. He ido adquiriendo, con el paso de las edades, algunos hábitos que son mis tesoros.
Varias veces al día, paro en seco y entro en la cocina a preparar una infusión. No tomo té, no tomo hierbas ni esencias… …me tomo mi tiempo. Paro y observo el mundo a mi alrededor, hasta que consigo sentir su giro. Me aparto del trabajo y la tarea hasta conseguir verla desde fuera, como algo ajeno. El tiempo que tarda el agua en hervir y la taza en enfriarse un poco, es mi tiempo, y para nadie ni nada más.
Me gusta conducir, aunque suene a anuncio es así. Los últimos cien años han sido la era del motor que pasará igual que pasaron los galeones y las goletas, las postas de caballos y los biplanos inaugurando los cielos. Llegará el siglo en que serán épicas las historias que narren el olor a gasolina y el poder de su aceleración. Jamás he tenido prisa al volante, es el placer de mi época y el tiempo que me ha tocado vivir.
— Windroseblog – Saboreando el tiempo —
De vuelta a casa y a la cocina, hay otro momento. Mejor que cualquier droga, pastilla o calmante; tengo un truco que me para en seco eliminado cualquier rastro de estrés o tensión. Al igual que se encerraban genios en lámparas, yo encuentro una magia guardada en una botella que se expresa con luces y reflejos dorados.
Mi frasca de AOVE con su salida fina y continua es mi máquina del tiempo, de parar el tiempo. ¡Encuentro una cadencia tan especial en el aceite de oliva bajando hasta el plato! A medio camino entre el pasado y el futuro, medio cayendo y medio parado; su movimiento sinuoso, brillante y denso, consigue detenerme en seco, deleitado con el pequeño chorrito de metal fundido.
Son segundos en los que puedo oír el tic-tac del reloj, mi respiración y hasta mis latidos. Enriquezco mis platos y mi vida.
AOVE Gourmet Verde Real
Una apuesta gourmet no se gana todo los días. Quien lo ha conseguido sabe que solo la excepción logra alcanzar ese nivel. Que el aove es un gran producto de por sí, es una verdad universal, pero hay un pódium, reservado para los mejores.
En Jaén, ¿dónde si no?, el olivar también tiene sus caprichos y recompensas. Entre un mar verde de olivos y ríos de aceites, en el pueblo de Mancha Real se produce y envasa Verde Real de Almazara Real.
La cosecha temprana es un lujo. A mediados de otoño, justo antes de que el fruto madure, las aceitunas aún no han alcanzado el tamaño óptimo ni su color oscuro. El contenido de aceite es mucho menor que el que tendrán pasado en envero, cuando comience la cosecha en diciembre.
Es en estas semanas de octubre y noviembre cuando tiene lugar la cosecha temprana. Con la primera luz del día, las bajas temperaturas de la mañana protegen al árbol y al fruto en su recolección y comienzan las faenas. El singular aceite es de tonalidades mágicas y características embriagadoras: más verdoso, más brillante y con sabores más intensos.
Este sacrificio de cantidad por calidad guarda la esencia de su espíritu gourmet y su precio justo. Su nota de cata lo narra así: «en boca es limpio y fragante, con entrada suave y retrogusto amargo y picante bien compensado. De gran estructura y medida persistencia. Potente en aromas a fragancias herbáceas y frutales, a tomillo, plátano y manzana».
Para nuestra salud, la alta concentración de sus características, aumenta su riqueza natural en antioxidantes y polifenoles, creando un mejor aliado para la fortaleza y el vigor de nuestro organismo.
¡El jamón del hortelano!
Lo mejor de estos meses entre el final del verano y el otoño son las huertas.
Pequeñas y familiares, las especies locales terminan su maduración con sabores que nada tienen que ver a lo que hay en los supermercados. Los tomates, que son el mejor ejemplo, saben a tomate. Sí, ya sé que resulta una obviedad, así que mejor explicarme en unas líneas.
No me refiero a esos tomates todos iguales, brillantes y sin mácula, eso no. Son otros a los que por aquí por mi tierra les dicen «el jamón del hortelano«. Voluptuosos, irregulares y a veces hasta grotescos en sus formas y tamaños. De carne rosa y sabor dulce y delicioso. Son mi placer de temporada.
Tal cual, con tan sólo unos granos de sal, ya son un auténtico manjar. Para sibaritas hay un escalón más que funde mis papilas: orégano de la Sierra de Aracena recogido por San Juan y unas gotas del mejor AOVE de las campiñas olivareras de Jaén que puedas encontrar. La experiencia gourmet se cierra y completa con un vaso de vino del Condado o la D.O.P. preferida al gusto.
¡Salud!
Nota: Desde Windroseblog agradecemos a Jorge Garrido de ©Sierra.photo.blog, las fotografías de este artículo.