I.G.P. Melón de la Mancha – El dulce placer manchego

Desde 1996 el sello de I.G.P. Melón de la Mancha, es sinónimo de uno de los sabores más esperados de año para endulzar y refrescar el verano

Sabores y recuerdos

Llegar al maravilloso mundo de los recuerdos a través de un sabor o un olor es una de esas experiencias tan especiales y conmovedoras. Tienen el poder de unir el presente y el pasado con un nexo de autenticidad. Hacen posible, aunque solo sea por unos segundos, la fantasía de poder viajar en el tiempo.

Cuando por primera vez en un año, al principio del verano, vuelvo a probar el sabor de un buen melón de temporada, es imposible no abstraerme durante un instante. Recuerdo, como si hubiese sido ayer, cuando de niños nos íbamos los domingos a pasar el día en familia rodeados de primos, tíos y abuelos. Casi siempre al campo, alguna huerta o algún paraje cercano y fresco.

Había un momento, nada más llegar y empezar a sacar mesas, fiambreras y neveras, que me cautivaba con la más inocente y fascinante admiración que un niño puede mostrar. El melón para el postre se ataba a una cuerda y se sumergía en el arroyo, el pozo o se dejaba a la deriva flotando en la alberca. De esa forma, a salvo del calor del día, se aseguraba el dulce y fresco final de almuerzo, casi frío, con la más ingenua sencillez ante mis ojos.

I.G.P. Melón de La Mancha.

Las llanuras de las comarcas naturales de «La Mancha» abarcan casi todo el sur de la Comunidad de Castilla-La Mancha. Junto al Alto Guadiana, por entre las provincias de Ciudad Real y Albacete se cultiva el Melón de La Mancha, entre viñedos y cereales.

Desde 1996 el sello de Indicación Geográfica Protegida ampara y regula la producción de Melón de La Mancha. Sólo se admiten melones de categoría I, de las variedades Piñonet y Piel de sapo. El peso debe estar comprendido 1,8 kg y 4 kg. El tiempo máximo entre la recolección y la llegada al consumidor no puede ser superior a 45 días. Con estos parámetros y regulaciones se garantiza un melón fresco con unas características insuperables.

Recojida de melones en La Mancha
Recojida de melones en La Mancha

Un poco de Historia

Se cree que el cultivo de estas variedades de melón, originarias de Oriente, fue introducido en la península por las distintas culturas árabes que la habitaron durante los siglos de ocupación musulmana. Hay textos documentados del siglo XI que así lo afirman como el «Tratado agrícola» de Ibn Bassal al-Tulaytubi, que data de la época de los Reinos Taifas de Toledo.

Actualidad y vanguardia

Un mosaico de producciones familiares en su mayoría, salpican toda la región. Los agricultores alternan el cultivo de la vid y de los cereales junto con el melón. Esta fruta tan demandada en los meses de verano es un refresco natural para las altas temperaturas que trae el estío.

Una de las estampas más características de la época de la cosecha son los pequeños puestos o paradas que suelen encontrase junto a las carreteras que transitan la zona. Es un placer hacer un pequeño alto en el camino de nuestras vacaciones de verano y comprar directamente a los productores una cesta de melones recién traídos del campo.

Reconozco que no sé muy bien distinguir los melones con esa forma tan característica que los hortelanos poseen. Esos gestos de presionar con los pulgares o golpear con la palma de mano la pieza para intuir la calidad de su contenido me son totalmente profanos. En cualquier caso, la diferencia entre un melón y otro debe de ser mínima. Siempre están riquísimos.

Maridaje y sensaciones

Es cierto que entre el placer de morder directamente la tajada, a la delicadeza de usar tenedor y cuchillo, hay todo un mundo de matices y sensaciones. Supongo que cada manera tiene su momento, al igual que ocurre con las combinaciones de sabores y maridajes.

Un melón bien dulce no necesita nada más para convertirse en una experiencia sublime. Sin embargo, la extrema exquisitez del melón con jamón es manjar de dioses; una combinación en apariencia algo extraña, por qué no decirlo, pero con uno de los resultados más espectaculares que conozco.

Pero puesto a sorprender y a dejarse apasionar, uno de mis postres favoritos consiste en la sencillez de dejar macerar durante algunas horas dados de melón con algunas gotas de algún licor seco como anís o aguardiente. ¿Lo has probado? Estaré encantado de escuchar sugerencias.

¡Salud!

Melón con Jamón
Melón con Jamón

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