I.G.P. Grelos de Galicia

I.G.P. Grelos De Galicia – Verde que te quiero verde

Galicia sigue siendo un imán para mí. El invierno gallego es sinónimo de verdes campos y mercados abarrotados de I.G.P. Grelos de Galicia.

Poesía natural

De forma inherente, sin pensarlo ni pretender, ha surgido una musiquilla por los ecos del tiempo.

Estaba mirando las fotos para el artículo de hoy, intentando probar con la imaginación el sabor de los platos, morder con el recuerdo y oler sin la nariz el aroma de la cocina. En este silencio de abstracción íntima, ha empezado a sonar música, una melódica poesía que hacía mucho tiempo creía olvidada.

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura,
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
...

Estaba soñando con los ojos abiertos mientras la mirada traspasaba la pantalla y se perdía mucho más allá de la pared. El «Romance sonámbulo» de Lorca se podía oír dentro de mi cabeza en la voz y la guitarra de Manzanita ¿cómo no enamorarse así?

Los años 80 de la infancia, ferias y fiestas antiguas, cintas de radio cassette y el olor de los coches antiguos. Todo ha pasado en unos segundos por delante de mí. Aquel verde limón de la juventud, unas cartas verde esmeralda y los atardeceres cetrinos de la ausencia. Años después vendrían los paseos por el verdemar de la orilla, unos ojos glaucos y hasta un vestido verde.

Así, de salto en salto, de verde en verde, ha viajado mi mente desde mi andaluza sierra hasta el misterio celta de verde gallego. Cambio la guitarra por el perenne tono de la gaita y la zanfona, las gitanas por las meigas y dejo que otros verdes completen mi alma.

Galicia sigue siendo un imán para mí. Quizás el permanente color y el clima sempiterno jueguen una suerte de sinestesia que lo explique todo. Mi Blog retoma el sendero del norte, como mil veces antes. Windrose, nuestra rosa de los vientos, fija rumbo a noroeste y mis pasos retoman el camino antiguo.

El verde gallego tiene nombre… …y sabor.

I.G.P. Grelos de Galicia

Galicia son grelos y grelos son Galicia. Esta verde simbiosis de color y nombre lleva coexistiendo alrededor de 5000 años. En 2009 quedó aprobada por la Unión Europea el reglamento que legitima su sello de Indicación Geográfica Protegida. Al abrigo de las autoridades y su Consejo Regulador, una nueva etapa brillante y exitosa se abre ante este cultivo de temporada.

A finales de agosto, en terrenos fértiles y húmedos, se siembra el nabo de las variedades «Santiago» y «Lugo». A finales de invierno, dejando atrás las nabizas, la planta empieza a «grelar«. Los brotes tiernos crecen rápidamente y han de ser cosechados a mano antes de que comiencen a florecer. Enero, febrero y marzo es tiempo de grelos frescos en las cocinas gallegas.

Las cuatro provincias de la Comunidad quedan amparadas para la marca de calidad I.G.P., aunque la producción se centra principalmente en A Coruña y Lugo. En total 173 productores y unas 636 hectáreas, produjeron en cifras del pasado año (2021) la preciosa cantidad de 364 toneladas de producto certificado. Las tres variedades registradas para su comercialización son: en fresco, congelado y en conserva; siendo esta última, como es de esperar, la que acapara casi la totalidad de mercado.

Sabor tradicional y nuevos tiempos

Esta hortaliza indispensable en la gastronomía gallega es fiel compañera de algunas de las combinaciones más exitosas. Su sabor ligeramente ácido y su textura fibrosa aunque blanda, la ha catapultado a la fama en recetas tan tradicionales como el lacón con grelos y el cocido gallego.

La Nueva cocina, los nuevos usos y los platos más vanguardistas, también ponen su atención en combinaciones tan sabrosas como la pizza, el pesto y la crema de grelos. No debemos olvidar nunca que un gran sabor como éste poco más necesita para casar con casi todo. Una tortilla de grelos es más que suficiente para despertar un torrente de sensaciones en nuestro paladar.

La imaginación, los recursos y la despensa están ahí para que podamos acomodar nuestros gustos y disfrutar del «verde que te quiero verde».

Un viaje en invierno hasta las plazas de abasto gallegas o la facilidad de comprar online es todo lo necesario para la cocina de temporada. Somos afortunados en tan sencillas maneras de traer lo mejor hasta nuestras despensas. Nunca ha sido más fácil, tan rápido y con más garantías que en estos días.

«Cada maestrillo tiene su librillo» – El mío es más mental que de papel. Puedo visualizar un plato con grelos de Galicia para chuparse los dedos. Aún me queda en la despensa un queso San Simón da Costa ahumado, y en la bodega nunca me ha faltado vino gallego, blanco para esta ocasión. Con ayuda de horno, unos minutos de gratinado para fundir el queso y algo de imaginación, ¡a ver qué tal sale la comida de hoy!

Mientras cocino, dejaré que sea la música quién guíe los tiempos, las especias y el punto de sal traída de mares lejanos.

¡Salud!

Nota: Desde Windroseblog agradecemos a Ana Fernández, de I.G.P. Grelos de Galicia, su colaboración mediante la cesión de información e imágenes para la realización de este Post.

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