El Ronmiel de Canarias ha llegado para quedarse, demostrando que no hay distancias insalvables cuando la originalidad de un producto va de la mano de la calidad.
Disfrutando de la vida
¡Es un placer volver a Las Canarias! Aunque sea durante un rato y a través de las palabras de este blog, siempre me relaja el espíritu. Seguramente, todos tenemos en el recuerdo de unas vacaciones ese momento de relax máximo. Casi seguro junto al mar, contemplando una puesta de sol y disfrutando de alguna bebida dulce y exótica.
Pues bien, esas vacaciones, ese lugar y esa bebida están en nuestras queridas Islas Afortunadas.
Con paso firme y sin prisas, el Ronmiel de Canarias ha pasado de ser un exótico sabor, recuerdo de nuestro paso por el archipiélago, a convertirse en un producto que cada día gana más adeptos. Esta original receta dentro del mundo del ron, empieza a ser indispensable en los locales de todo el país y con una gran proyección fuera de nuestras fronteras.
Es, sin dudas, un pasajero insustituible en la maleta de los millones de visitantes que vuelven a casa tras pasar sus vacaciones en alguna de las islas.
I.G.P. Ronmiel de Canarias
Dejando a un lado los tópicos y rebasando el listón de los souvenir para turistas, este producto goza de reconocimiento mundial y una larga tradición en su historia, como ha quedado reconocido tras la creación de su Denominación de Origen por parte del Gobierno de Canarias en el año 2005.
Adentrándonos en la historia, su elaboración es anterior a la de los famosos rones centroamericanos, ya que la planta de caña de azúcar, original de Asia, fue llevada en el segundo viaje de Colon al Nuevo Mundo, estando ya muy extendido su uso en España y sus colonias.
Su producción ha ido pasando del abastecimiento propio de familias y pequeños establecimientos a una industrialización controlada, que ha sabido mantener el buen hacer y la elaboración artesanal en cantidades que rondan el millón y medio de litros anuales, y una tasa de exportación en constante aumento.
Son numerosos los cócteles y combinados que saben reconocer la originalidad de su sabor. Es un aliado para dar toques acaramelados a las creaciones más vanguardistas; si bien, para apreciar el sabor en todo su esplendor, basta con servirlo sobre hielo picado, agregando unos toques de limón o lima para crear algo de contraste en el paladar.
En la cocina, sobre ensaladas de frutas o dando un poco de carácter a nuestros postres y helados favoritos, dará también un toque de distinción inigualable a nuestro platos.
La cocina más exótica
Se me vienen a la cabeza decenas de sabores nacidos muy al sur de nuestra península, tan lejanos y tan cercanos a la vez. Desde las exquisitas papas arrugadas con mojo, regadas con vinos nacidos entre volcanes, a los plátanos más dulces. La España más exótica, la de ultramar, es un oasis de inspiración y frescura en las cocinas más vanguardistas.
El ronmiel, elaborado con miel de abejas, ha llegado para quedarse; enriqueciendo el amplio abanico de posibilidades y sabores que nos brinda nuestra geografía, demostrando que no hay distancias insalvables cuando la originalidad de un producto va de la mano de la calidad.
¡Salud!
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